"En la BUSQUEDA del JUGUETE que FALTA"
Este texto es parte de una Charla a Padres: "LA DIFICULTAD PARA DECIR "NO": ¿Donde están los Padres hoy?"
En la noche llego muy tarde, mi hijo ya está durmiendo. A veces se despierta, me dice que esté con él, que le de jugo o papas fritas, que lo lleve a mi cama. No soy capaz de decirle que no. Quiero entregarle todo, para eso trabajo”
Los padres de hoy hacen grandes esfuerzos por compensar a los niños con cosas que ayuden a satisfacer sus carencias y ansiedades en forma inmediata.
Los padres de hoy hacen grandes esfuerzos por compensar a los niños con cosas que ayuden a satisfacer sus carencias y ansiedades en forma inmediata.
Esta actitud ha producido una problemática generalizada en nuestra sociedad:
la dificultad para decir NO a los hijos.
Un objetivo que se ha instalado en nuestra sociedad, es el de adquirir cada vez más bienes y servicios, incluso para los mismos niños. Esta situación implica trabajar en exceso y, por lo tanto,tener largos tiempos de AUSENCIA por parte de los padres, lo que se va empañando de sentimientos de culpa y miedo a no ser queridos por los hijos.
Lo que sostiene esta situación es el supuesto:
“quiero darle todo a mi hijo. El es todo para mí. Yo soy todo para él”
¿Qué significa esto?
¿Se puede ser todo para alguien?
¿Se puede dar todo a alguien?
En el ser humano ha existido siempre una ilusión de completarse, de que en algún lugar existirá algo o alguien que "me" completará.
Lo habitual es el dicho “encontrar a mi media naranja”.
Como el sistema actual facilita un mayor acceso a los objetos, esta ilusión de "ser-completo" se exacerba, ya que siempre se está suponiendo que “ahora sí”: ahora por fin conseguiré lo que me falta.
Si los propios padres tuvieron estas carencias en su infancia, el tema se hace aún más complejo, ya que esta falta se transforma en la idea de: “quiero darle a mis hijos todo lo que yo no tuve”.
El problema de base radica en que esta falta es interminable, nunca será satisfecha
totalmente. El otro problema, es que los objetos que ofrece el mercado para llenarla, también se han hecho interminables. Su consecuencia es que este supuesto ha producido varias de las patologías del mundo actual: Se busca colmar la falta con comida, con exceso de afecto, con permisos, con juguetes y con todo lo que el niño pida y quiera.
Esta situación se exacerba con la información que entregan los medios de comunicación, tanto por los objetos que ofrecen, como por los valores que transmiten y que aveces resultan contradictorios con los de los padres. Como la televisión e internet ya forman parte de la rutina diaria, los mensajes trascienden la autoridad paterna y van teniendo cada vez más fuerza. La palabra de los padres empieza a perder su poder y ellos mismos se sienten asombrados, desorientados y quizás hasta encandilados con estas ofertas.
totalmente. El otro problema, es que los objetos que ofrece el mercado para llenarla, también se han hecho interminables. Su consecuencia es que este supuesto ha producido varias de las patologías del mundo actual: Se busca colmar la falta con comida, con exceso de afecto, con permisos, con juguetes y con todo lo que el niño pida y quiera.
Esta situación se exacerba con la información que entregan los medios de comunicación, tanto por los objetos que ofrecen, como por los valores que transmiten y que aveces resultan contradictorios con los de los padres. Como la televisión e internet ya forman parte de la rutina diaria, los mensajes trascienden la autoridad paterna y van teniendo cada vez más fuerza. La palabra de los padres empieza a perder su poder y ellos mismos se sienten asombrados, desorientados y quizás hasta encandilados con estas ofertas.
Empiezan a creer cada vez menos en sí mismos y se sienten desorientados respecto a lo que se debe hacer. Esta dinámica va creando padres que empiezan a vivir al servicio de sus hijos y va produciendo niños sin límites, que empiezan a tener más poder que ellos.
Actualmente se hacen grandes esfuerzos por compensar a los niños con cosas que ayuden a satisfacer sus carencias y ansiedades en forma inmediata, lo que a veces resulta cansador. Quizás sería mas aliviador para todos, que los padres volvieran a tomar la palabra, a recuperar su lugar y su presencia.
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